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martes, 18 de febrero de 2014

PASANDO EL LUDOMINGO EN CADWALLON. CAPÍTULO 6. EL MAESTRO ALQUIMISTA.


"Fue uno de los más insignes y respetados ciudadanos de Cadwallon. La muerte de Herostophilos, el maestro alquimista ha cogido a la ciudad en una profunda tristeza. Una pena relativa porque mientras unos, aquellos que sólo quieren aparentar su amistad incondicional a su familia, una de las más ricas por cierto, otros se dedican a rebuscar sus gemas por los sitios más recónditos de la urbe. ¡Ese era el plan! Mientras todo el mundo estaba honrándolo en su funeral, la laberíntica estructura del barrio de Sienne se encontraba prácticamente vacía. Bueno salvo la presencia de dos inútiles y apestosos milicianos, que deambulan sin saber que el alquimista había muerto. A priori parecía un plan perfecto pero solo a priori..."

Aquí estamos de vuelta, Vane y un servidor, después de una larga temporada y parecía que nos íbamos a encontrar con una de las misiones más fáciles del juego de mesa, pero las cosas no son siempre lo que parecen en la Ciudad de los Ladrones.


Empecé usando a mi mercenario Lucius, apoyándome en sus cartas Arcanas y la cosa salió bastante bien, (que si un hechizo de Teleportación, que si uno de Pasadizo Secreto...,


...que si otro de Doble Cierre), consiguiendo al final sus tesoros.



Cosa que no pudo decirse de los personajes de Vane, Iris y Leona que enseguida se encontraron con gemas malditas que las hicieron paralizarse.


El tal Herostophilos parecía el típico abuelete encantador pero bajo su barba blanca a lo "Papa Noel", se escondía una mente perversa, o por lo menos más que la de nuestros héroes. No obstante no podíamos perder ni un segundo, así que Vane decidió despertar el sable de Iris, apoyándose en una carta Arcana por si las moscas, contra el miliciano Valrut.



Mientras Lucius seguía amasando una pequeña fortuna, a expensas de los milicianos.


No me podía quejar de la partida que estaba teniendo, no señor. Además Anays se unía al latrocinio, dejando los dientes largos de Leona al fondo.


Vane podía dejarse llevar por la rabia sino por la ambición, así que hizo sumar a Iris al carro de la buena fortuna con estos dos cofres.



La alarma ya había sonado...



...y empezaban a caer los primeros rastrillos del distrito, haciendo que Leona se quedase atrapada en sus calles.


Igual que a Lucius. Las cosas se estaban poniendo peliagudas para ambos y no podíamos perder ni un solo hombre más.


Al final triunfó el sentido común y pudimos escapar de Cadwallon. Aunque claro unos con más riquezas que otros.


Unos ducados que nos vendrían muy bien para el siguiente capítulo, el Mercado de Peristas.

Continuará...


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